Cacique Fabra

Denegó una subvención al Grup per la Recerca de la Memoria Histórica desde su cargo de concejal de Cultura en el Ayuntamiento de Castellón. Posteriormente, no obstante, prologó y financió un libro que ensalzaba la figura de Franco. Definió la obra como total, ambiciosa y concluyente. Y además, tuvo la sangre fría de calificar a su autor como “un valiente”.
En su etapa al frente de la alcaldía de La Vall d’Uixò autorizó un vertedero y los vertidos de residuos tóxicos sin ningún tipo de licencia. Vendió plaguicidas ilegales. Falsificó documentos. Y más, mucho más. Pero sigue siendo “un político y ciudadano ejemplar”, ¿no Mariano? ¡Cómo no! Es Don Carlos, el cacique… Y no hay bravo que ose meterse con él en la provincia.
Por desgracia.
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